Esquilo se destaca por aportar una serie de innovaciones al teatro griego, incluida la introducción de un segundo actor en el escenario y el desarrollo del diálogo, lo que llevó a una mayor complejidad y dinámica en sus obras. También contribuyó significativamente a la estructura tradicional de la tragedia griega, enfatizando los principales conflictos entre humanos y dioses y explorando temas como la responsabilidad, la justicia divina y la naturaleza humana.
Entre sus obras más conocidas se encuentran "Prometeo encadenado", que explora el tema de la rebelión contra la autoridad divina, y "La Orestíada", una trilogía que investiga los conceptos de vendetta y justicia en la sociedad griega antigua.
Su muerte se produjo alrededor del 456 a. C. y su legado literario y cultural sigue siendo profundamente influyente en la literatura y el teatro occidentales.